viernes, 26 de mayo de 2023

Elegir irme es ELEGIRME

 Hace uno días leí esta frase "elegir irme es elegirme" sobre una imagen de Instagram y algo dentro de mí se movió. Sin duda es una frase poderosa.

De siempre me han impactado las frases, quizás ser una gran lectora hace que las letras me digan muchas cosas. Hay frases que me las he hecho mías, casi a modo de mantra, otras las he regalado a personas que he pensado que les harían bien, algunas solo estuvieron un corto período de tiempo en mi vida.

Ésta en concreto, creo que la había visto anteriormente, pero quizás no era el momento idóneo para que calara en mí.

¿Elegir irse de dónde? ¿De quién? ¿De qué? Esas preguntas resonaban en mi cabeza en rumor continuo, lejano pero constante.

Elegir irse de un trabajo que te enferma, en el que cada día se asemeja a una sesión de tortura medieval, es anteponer tu salud mental a una productividad tóxica. Es elegirse sana.

Elegir irse de una ciudad o país donde ya no te sientes cómoda es convertirte en una ciudadana libre del mundo, que habita cualquier lugar y lo convierte en su nuevo hogar.  Es elegirse libre.

Elegir irse de una relación, del tipo que sea, sentimental o de amistad, en la que no eres feliz o la que no te hace bien es anteponer tu felicidad a la de los demás, somos muchas las que hemos crecido con la creencia de que debíamos complacer a los demás para ser amadas. Es elegirse primero.

También puedes elegir irte de una actitud, de un hábito, de un comportamiento, y no me refiero huir sin mirar atrás, sino ponerle luz y entender que esa manera de hacer las cosas te ha llevado hasta un punto o lugar de vida que no te hace bien, si llegas a esta reflexión, entonces puedes soltarlo. Eso es elegirse a una misma.

Este año (2023) yo elegí irme de la apatía, de la falta de constancia, de la pereza, del miedo a brillar, de una amistad que no me hacía bien. Elegí irme, decidí ELEGIRME.

No te voy a engañar, no está siendo fácil. Hay días que soy feliz por la decisión que he tomado, me siento orgullosa de mí, me siento fuerte y poderosa, capaz de comerme el mundo, pero hay otros días, que por el rabillo del ojo puedo ver los viejos vicios, las antiguas inercias y las heridas que me llevaron a ese lugar infeliz, que avanzan más pasos de los que yo doy hacia adelante. Es por eso que no debo bajar la guardia, porque en un segundo puedo pasar de elegir irme a quedarme.

Por eso, amiga lectora, te recomiendo, que si estás en ese segundo previo a tomar la decisión de elegir irte o quedarte, elige irte, ELIGETE SIEMPRE!