jueves, 31 de agosto de 2023

Círculos de mujeres, otoño y Marie Kondo

Querida mujer, quiero compartir contigo como me siento con respecto a los círculos de mujeres que vengo facilitando desde 2014. Este último curso (de septiembre a junio) se han concretado y materializado pocos encuentros, y aunque los preparé con mucha ilusión he de admitirte que me sentia muy cansada cuando llegaba la cita. Muchos se anularon el día de antes, otros ni siquiera los llegué a publicitar, y así nos plantamos en el mes de junio. Llegué cansada física y emocionalmente y empecé a valorar la idea de soltarlos, de no facilitar más círculos, por lo que decidí darme dos meses y aprovechar el período de vacaciones para meditar sobre ello.

En agosto la Gran Diosa me regaló la posibilidad de participar en un retiro de mujeres, donde conocí a 20 mujeres maravillosas y a las que amo desde entonces por todo lo que compartimos y todo lo que me dieron sin ellas creo ser conscientes. Este retiro es la gran Tienda Roja que facilitan mis amadas y admiradas Sophia Style y Xènia Ros. Este encuentro y las mujeres que participaron me recordaron, recordar significa volver a pasar por el corazón, porque son tan necesarios estos espacios para las mujeres, y en especial porque son tan vitales para mi. Los encuentros con mujeres me sanan, me reconcilian con la humanidad, me devuelven la paz interna, me enraizan, me consuelan, me sostienen y sobre todo, me hacen feliz.

También tuve la oportunidad de descansar, de dejarme cuidar por el fantástico equipo de Mamakilla, y pude darme cuenta de que quizás la solución para el asunto de los círculos pasaba por encontrar el equilibrio entre el dentro y el fuera, entre estar para los demás y estar para mi. La etapa vital que estoy transitando ahora mismo, el climaterio, me está enseñando mucho, a veces de forma intensa, es lo que tiene esta fase, que te muestra las cosas a la brava. Mi chamana interna me pide que suelte lo que no necesito para poder concentrar mi energía, que es menor en estos momentos. Me pide que, como los árboles en el otoño, suelte las hojas que ya no necesito para concentrar mi energía en mantenerme en pie y fuerte para sosterner el iniverno y resurgir en primavera.

Es por este motivo, porque en el otroño de mi vida, he decidido, después de meditarlo mucho, facilitar solo 4 círculos en este curso, cada uno con motivo del cambio de estación, en lugar de uno al mes, como he hecho hasta ahora. Siento que para mi está bien y espero y deseo que para ti también.

Siento que hasta hace bien poquito no he acabado de entender lo que esta fase vital que estoy transitando quería de mi. Me pide una reevaluación total y absoluta de mi vida, desde los cimientos hasta el tejado. Es como si mi vida fuera una sucesión de bandejas con múltiples tareas que me piden que repase, que cierre temas pendientes y tire todo aquello que ya no me sirve. Es un constante revisar y decidir si me lo quedo o no. Mi chamana interna es Marie Kondo.

Siento que no tengo la misma energía que antes y que aunque la que tengo es super potente y poderosa, también es finita y demasiado valiosa para desperdiciarla en cosas o situaciones que no me hacen feliz y que no me aportan nada.

Gracias mujer por tomarte el tiempo para leerme y quién sabe si tú te encuentras en mi misma situación, si es así, te invito a que busques un lugar y tiempo tranquilos y medites y escribas, si eso te ayuda a poner en orden tus bandejas de cosas pendientes y así puedas decidir que hojas soltar en el otoño de tu vida.🍁🍂




viernes, 26 de mayo de 2023

Elegir irme es ELEGIRME

 Hace uno días leí esta frase "elegir irme es elegirme" sobre una imagen de Instagram y algo dentro de mí se movió. Sin duda es una frase poderosa.

De siempre me han impactado las frases, quizás ser una gran lectora hace que las letras me digan muchas cosas. Hay frases que me las he hecho mías, casi a modo de mantra, otras las he regalado a personas que he pensado que les harían bien, algunas solo estuvieron un corto período de tiempo en mi vida.

Ésta en concreto, creo que la había visto anteriormente, pero quizás no era el momento idóneo para que calara en mí.

¿Elegir irse de dónde? ¿De quién? ¿De qué? Esas preguntas resonaban en mi cabeza en rumor continuo, lejano pero constante.

Elegir irse de un trabajo que te enferma, en el que cada día se asemeja a una sesión de tortura medieval, es anteponer tu salud mental a una productividad tóxica. Es elegirse sana.

Elegir irse de una ciudad o país donde ya no te sientes cómoda es convertirte en una ciudadana libre del mundo, que habita cualquier lugar y lo convierte en su nuevo hogar.  Es elegirse libre.

Elegir irse de una relación, del tipo que sea, sentimental o de amistad, en la que no eres feliz o la que no te hace bien es anteponer tu felicidad a la de los demás, somos muchas las que hemos crecido con la creencia de que debíamos complacer a los demás para ser amadas. Es elegirse primero.

También puedes elegir irte de una actitud, de un hábito, de un comportamiento, y no me refiero huir sin mirar atrás, sino ponerle luz y entender que esa manera de hacer las cosas te ha llevado hasta un punto o lugar de vida que no te hace bien, si llegas a esta reflexión, entonces puedes soltarlo. Eso es elegirse a una misma.

Este año (2023) yo elegí irme de la apatía, de la falta de constancia, de la pereza, del miedo a brillar, de una amistad que no me hacía bien. Elegí irme, decidí ELEGIRME.

No te voy a engañar, no está siendo fácil. Hay días que soy feliz por la decisión que he tomado, me siento orgullosa de mí, me siento fuerte y poderosa, capaz de comerme el mundo, pero hay otros días, que por el rabillo del ojo puedo ver los viejos vicios, las antiguas inercias y las heridas que me llevaron a ese lugar infeliz, que avanzan más pasos de los que yo doy hacia adelante. Es por eso que no debo bajar la guardia, porque en un segundo puedo pasar de elegir irme a quedarme.

Por eso, amiga lectora, te recomiendo, que si estás en ese segundo previo a tomar la decisión de elegir irte o quedarte, elige irte, ELIGETE SIEMPRE!




jueves, 9 de julio de 2020

El Don de la Palabra

Una mujer sabia que acabo de conocer me ha dicho, después de leer un par de entradillas de este blog, que tengo el don de la palabra. Tengo 43 años (2020) y hasta que no me lo ha dicho ella, yo ni siquiera lo había contemplado como tal.

Para mi, hablar, es tan natural y fácil como el respirar, algo que hago sin esfuerzo. Las palabras llegan a mi como un río caudaloso, abundante, rápido, sin encontrar obstáculos.


Hablo, según mi madre, bien clarito y fluido desde que tengo un año y medio, de hecho me tiene grabada en una cinta de cassette explicando un cuenta a esa edad. Ella también habla mucho, así que supongo que pasar todo el día juntas y solas, estimuló rápidamente la palabra en mí.


De niña recuerdo la necesidad imperiosa de comunicarme, de compartir todo aquello que pasaba por mi cabeza y mi corazón...miles, millones de palabras se agolpaban en mi mente tan deprisa, que a veces tartamudeaba un poco, porque mi boca no podía ir tan rápido como mi cerebro. Y sabes cual es la palabra que más recuerdo de mi infancia?...CÁLLATE!. Era una palabra que oía mucho, casi constantemente y a modo de gota malaya, fue abriéndose paso hasta mi alma, dejando que creciera allí la idea de que hablar tanto era un defecto, que estaba mal, que no era adecuada y aunque seguí hablando mucho, siento que mis palabras perdieron su esencia. Me sentí herida tan profundamente que desarrollé, sin ser consciente, uno de mis talentos: la EMPATÍA, germinó en mi la capacidad de ponerme en la piel de otra persona, y comprender lo que sentía sin que fuera necesario que me lo explicara.  Había aprendido, en carnes propias, lo que las palabras podían llegar a hacer sobre alguien, por eso escogía y escojo muy bien las palabras que digo cuando hablo con otra persona (no tanto cuando hablo conmigo misma, pero eso lo dejo para otra entrada).


Porque las palabras no se las lleva el viento, porque las palabras pueden herir como un cuchillo, porque las palabras pueden hundir como un bloque atado a tus pies. Pero sabes una cosa? las palabras también pueden elevar el espíritu, pueden ser fuente de inspiración o incluso un bálsamo para las heridas del alma.


Así que entre todas cuidemos mucho nuestras palabras, a propios y a extraños y a nosotras mismas, recuerda que tienen la capacidad de herir a alguien o de inspirarlo, sé responsable de lo que dices, y si lo que vas a decir no es más bonito que el silencio, entonces si te digo...CÁLLATE!


Gracias Rosa por tus palabras, porque de ellas nació esta entrada.




viernes, 28 de febrero de 2020

¡A mi no me hables en místico!

Una vez leí un escrito de una de mis maestras y amiga-hermana, Mariam Cárcel, que decía algo así como "a mi no me hables en místico". En su momento me hizo mucha gracia su forma de expresarse y aunque pensaba como ella, no le dí más vueltas al tema.

Hoy por circunstancias de la vida, vuelve a mi este tema. Veo cada vez más terapeutas, algunos colegas, otros simples conocidos hablar de espiritualidad, sobre todo de espiritualidad femenina, en términos casi de galleta de la fortuna o de mesías redentor.


Y ahí va mi opinión al respeto. Si queremos transmitir un mensaje, si deseamos que el mayor número de personas conecten con una espiritualidad de verdad,  propia, auténtica conectada con el corazón y no llena de dogmas vacios y prejuicios, creo que debemos empezar por no repetir los mismos errores que cometieron y cometen las religiones mayoritarias, fuente de la espiritualidad clásica.


El primero y principal es no creernos tocados por la mano de Dios, salvadores de la patria o el único camino para que otros crezcan espiritualmente. Que tú hayas recorrido el camino antes (y está claro que no hasta el final sino ya no estarías en este mundo), no te hace ser un Maestro, eso es otra cosa (y esa cosa seguro que tiene menos ego). Haber caminado ese camino solo te hace conocer algunos de sus recovecos, pero nada más, pues cada camino es diferente y para cada uno el camino tiene sus tiempos, y no serán los mismos que los tuyo, te lo aseguro!.

Si quieres acompañar y ayudar, simplemente párate y escucha, de igual a igual, admira el coraje y valor de esa persona para abrirse contigo...hazme caso es un privilegio poder verlo. Escucha sin juicio y con mucho amor. No vas a salvarla, no es tu cometido (salvo que seas bombero), esa persona no lo necesita, solo necesita ser VISTA, ESCUCHADA y ACEPTADA en su totalidad, con su luz y su sombra.

Y segundo punto, debemos cuidar mucho el nivel de lenguaje que utilizamos (creo que esto se estudia en la básica en clase de lengua castellana). Antiguamente se hacian las misas en latín y los creyentes repetían palabras que no entendían como loros. Si hablamos en místico (el latín de ahora) seguimos repitiendo los mismos patrones de aquellos clérigos que en el fondo no querian que el populacho supiera lo mismo que ellos, lo preferían ignorante y aborregado, las personas que nos escuchan repetirán nuestras palabras sin entender ni papa...¡Baja de tu púlpito y habla en el mismo idioma y nivel que tu receptor.!


Devolvamos la espirirualidad al cuerpo, al día a día, a la cotidianidad, al aquí y ahora. Que hablar de espiritualidad sea tan natural y fácil como hablar con una amiga de toda la vida...

Para hablar del alma, del amor no hace faltan palabras grandilocuentes, ni una retórica cargada de mensajes encriptados que solo puede desentrañar un gurú elevado...solo hace falta hablar con amor y desde el corazón...¡así que a mi no me hables en místico!...VA POR TI MARIAM 😘




miércoles, 5 de diciembre de 2018

La fascinación por las brujas

"Y fue convocarlas y todas cogieron sus escobas y volaron a mi encuentro...de nuevo el akelarre reunido, 12 brujas y 1 pequeño brujo".

Si te digo la palabra BRUJA, seguramente si eres una persona "normal" (si es que hay una normalidad) te imaginarás una mujer vieja, fea, mala, con la cara verde, con un gorro puntiagudo y volando sobre una escoba (el gato negro es un complemento opcional).

Pero si me dicen a mi la palabra BRUJA, me imagino una mujer con el pelo blanco besado por la Abuela Luna, con una arruga por cada bache superado y por cada risa elevada, con manos amorosas y artesanas, con la sabiduría de quien ha transitado muchas lunas...con la escoba barre todo lo que no necesita. El sombrero solo para las ocasiones especiales y el gato, bueno ella ama a todos los seres vivo porque sabe que todos somos uno con la Madre Tierra, así que puede ser que su compañero sea un gato negro, una perra con tres patas o una iguana.

La BRUJA (o Anciana según la literatura que consultes) es el arquetipo que se despierta durante la menstruación. Para mi la fase del ciclo más poderosa de una mujer durante su época cíclica. Sangrar me conecta con la Tierra, con la materia y a la vez con el Cielo, con la espiritualidad...es una sensación de divinidad material. Soy más consciente que nunca de mi cuerpo, lo habito por completo hasta el último rincón, pero a la vez siento mi alma, la siento conectada como a una nube de información, más allá de mi entendimiento racional y lógico. Me siento BRUJA y en comunión con el resto de mujeres del mundo (menstruantes o no)...con mi akelarre mundial.

BRUJAS, DESPERTAD, COGED VUESTRAS ESCOBAS Y VOLAD!!!!




miércoles, 28 de noviembre de 2018

MUSTARD, Flor de la Mostaza...cuando nos invade la tristeza.

Mustard o flor de la mostaza, es una de las 38 esencias descubiertas por el Dr. Edward Bach a principios del s.XX. Especialmente indicada para los estados de tristeza. La toma de mustard no eliminará la tristeza, pero si nos proporcionará la serenidad suficiente para transitar este proceso.

La tristeza que palabra más poderosa. Habéis observado que cuando una niña o un niño lloran y les preguntamos que les ocurre, puede ser que nos digan que están tristes. Pero en cambio cuando somos adultos y lloramos, si alguien nos hace la misma pregunta, es muy probable que entre nuestras respuesta esté, desde el "no me pasa nada" hasta "estoy de bajón" o incluso "estoy depre" (sin que ni mucho menos nos hayan diagnosticado una depresión), ¿...pero por qué no simplemente TRISTES? ¿Qué pasa con esa palabra y con la emoción que engloba?...¿es que acaso de mayores ya no sentimos tristeza? ¿o es que no la queremos sentir, porque es demasiado potente?.

Que buena la tristeza, yo la reivindico, y las lágrimas, esas que surgen desde el fondo del alma, que curan, cual bálsamo, heridas propias y de linaje, que nos limpian y nos serenan.

Estar triste es como hacer limpieza general, todo se levanta, para limpiar, para sacar toda la porquería acumulada en recovecos, rincones y debajo de las alfombras.

Estar triste esta bien, creo que incluso es un acto de rebeldía ante una sociedad tan narcisista y hedonista, que solo desea ver gente hermosa, feliz, delgada mirando puestas de sol con mil filtros de Instagram.

Recógete, cierra ventanas y estate contigo misma. Llora todo lo que tengas que llorar, no escatimes en lágrimas. Llora por ti, llora por mi, llora por todas tus compañeras, llora por la Madre Tierra y cuando lo hayas soltado todo...respira hondo! Ahora te sentirás más ligera, como si te hubieras quitado una gran piedra que te pesaba y no te dejaba respirar...y entonces sal, disfruta de una puesta de sol real y sonríe!.



martes, 6 de noviembre de 2018

Un sábado de círculo de mujeres...

Siempre que tenemos círculo no me cuesta madrugar, estoy ansiosa por llegar, por volver a reencontrarme con mis hermanas de círculo, con volver a compartir historias y sabidurías ancestrales. Preparo la bolsa de bruja, como la llama mi hijo. Primero el foulard rojo y redondo que delimita nuestro altar, listo! Una vela grande y hermosa, escogida con intención, es la representación de la hoguera alrededor de la cual nos sentamos a comadrear.

En mi cajita de útero, flores, minerales y conchas con las que adornar nuestro altar...Ay! casi se me olvidan las fotos de mis ancestras: mis yayas Isabel y Basi, mi bisabuela paterna, que fue ama de cría o como se las llamaba en Catalunya, dida...no se porqué, pero me siento muy unida a ella...y por supuesto mi madre...me la miro...ya no la recuerdo de morena, me gusta de rubia...me la vuelvo a mirar...¿que sería de mí sin esta mujer?.

Repaso nuevamente la bolsa, cojo mis cartas de las Diosas, nuestro momento brujeril...si me las dejo, las mujeres me matan...jejej. Mi falda larga...cada vez que me la pongo me siento poderosa, no hace mucho que la llevo, pero parece que seamos compañeras desde siempre...hoy me llevo la roja.
Creo que lo llevo todo...buf!ya me he vuelto a flipar y la bolsa pesa la vida, pero me la cruzo en forma de bandolera, me pongo los auriculares y me voy para el círculo.

Mientras recorro el camino, repaso mentalmente la propuesta de hoy...vamos a danzar un poquito, hace poco que yo he vuelto a reconectar con algo tan maravilloso como la danza y ésto lo tengo que compartir con mis hermanas, espero que les guste. Tardé mucho en escoger las canciones, mucho tambor, mucha tierra, mucha Pachamama...me encantan los tambores, los siento resonar dentro de mi, es como si fuera una melodía antigua pero familiar, es como el corazón de la madre que oyes cuando te abraza y te dice que no pasa nada, que todo va a salir bien, es la alegría, es la risa de las mujeres...

Paso por un supermercado y compro algo de fruta y de frutos secos para compartir...nada de porquerías que no nos nutren...pero para calmar un poquito el ansia de dulce, he cogido de casa una tableta de chocolate negro...un poquito está bien.

A paso ligero ya veo el espacio donde nos reunimos...ya las veo..nos abrazamos...como NOS AMO PODEROSAS MUJERES 💚